Opio Oscar
Fetichismo de la mercancía
fílmica
Fernando Buen Abad Domínguez
“La entrega de los Oscar es un ‘show’ vacío y una farsa, orientada
solamente a fortalecer el cine de los Estados Unidos” … “Yo soy miembro de la
Academia de Cine de los Estados Unidos, pero nunca participo en las elecciones,
solamente les recomiendo a los demás miembros que no otorguen ningún premio” 1 Carlos Saura
Esta película ya la vimos.
Premiadores que se premian a sí mismos; aplausos, anuncios, más premios, más
aplausos, más anuncios… una que otra lágrima nostálgica, una que otra mueca
“progre”, sutil, para targets “críticos”; un poquito de audacia pero sin “epater le burgeois”, y un final feliz
que siempre anuncia premios nuevos para quien se porte bien con las reglas del star system. Éxito de taquilla no es lo
mismo que película “buena”. Todo eso salpicado con humor previsible y superfluo
(ligth) en dosis controladas para que
no se desfiguren los lifthing, para
que no se vean las arrugas. Película de payasos adinerados para que ciertas
“audiencias” se narcoticen con los fetiches de la mercancía fílmica. Más de lo
mismo.
Eso que se premia con
“estatuillas” no es ni con mucho todo lo que se produce cinematográficamente en
USA, es cuando mucho, una parte, la parte del poder financiero, que puede
gastar dinero para autopremiarse, autoproclamarse, autoreverenciarse. Debajo,
en las periferias, muy al margen del circo farandulero hollywoodense hay un
mundo de trabajadores de la imagen fílmica2, televisiva, audiovisual… no
complacidos ni complacientes, que buscan y rebuscan espacios para decir lo que
hay que decir, a estas horas, desde los entresijos de la barbarie. Hora de
decirle algo a una sociedad saqueada y alienada que paga con su trabajo la
festichola criminal de la “Casa Blanca” en Irak, en Afganistán, en el mundo
entero… sociedad cada vez más agobiada por el desempleo, la inflación, la
carencia de atención médica, la educación devastada, el endeudamiento bestial y
el desprestigio mundial… sociedad narcotizada por las mafias mass media. Nadie invierte millones de
dólares en películas, ingenuamente.
El Oscar no es, ni en el reino de
los sueños fílmicos, representante del cine norteamericano. Es representante de
un sector monopólico compuesto por estudios, aseguradoras, marcas, mesas de
inversiones, oficinas de representación… muchas con nombres diversos pero
dueños únicos… monstruo de mil cabezas. Entre ese mundo de farándula grotesca y
la realidad de los trabajadores del cine, entre ese mundo de payasos ególatras
y el pueblo yanqui, hay un abismo y hay una lucha. De clases. Hay una guerra
concreta y una guerra de símbolos donde los poderosos usan táctica y
estratégicamente, los medios de comunicación a su servicio como armas de guerra
ideológica, de guerra simbólica, capaz de manipular, tergiversar, degenerar… lo
valores y sentimientos colectivos mas profundos. Son capaces de idear un
sistema permanente de golpes bajos y no se escatiman temas, imágenes, ideas…
cualquier cosa que sirva para eslavizar a una sociedad, saquearle la riqueza
del trabajo, la materia prima y convencerla de que no proteste, de que guarde
silencio feliz… convencerla de que ese robo es lo correcto… ¡cualquier cosa!,
lo que sea, con actores, escritores, directores… dibujos animados, canciones,
payasadas, cursilerías… ¡cualquier cosa! (literalmente) porque es un gran
negocio y de pocos. Ser “buen” actor o actriz no implica ser inocente. El
“público” sólo está para cumplir con su destino manifiesto: pagar, aplaudir y
fanatizarse. Sobre todo pagar.
Por si fuese poco el arsenal
fetichista con que se “arma” una película, promedio, en la industria
hollywoodense, actores fetiche, objetos fetiche, exhibiciones fetiche… la
fiesta anual de premiación con “estatuillas” doradas se ha convertido ella
misma en fetiche de fetiches. Y se vende “bien” es decir mucho y caro. Es una
especie de rito tribal de sectas millonarias que ponen en cada imagen su imagen
“milagrera” para santiguar las taquillas y levantar el vuelo al reino de los
clichés modernos. Películas van, películas vienen… melodramas. Aventuras,
fantasías, imagineria… show bussines
dueño de infraestructura tecnológica, financiera y “creativa” (creatividad
gatopardo) al servicio de productos industriales fílmicos, de gran calidad
técnica, para el embrutecimiento masivo. Repetición del mismo modelo narrativo
que se muerde la cola una y otra vez. Y nosotros lo pagamos.
Ninguna película significa otra
cosa que lo que el conjunto cultural de valores dominantes le permite
significar y ellos son en, su mayoría, valores hegemónicos impuestos a sangre y
fuego. Romper con esa hegemonía de valores implica entablar una lucha contra la
alienación, una lucha semiótica que alcance a desmontar, exhibir y destruir la
cultura burguesa en su totalidad y no sólo para destruirla sino para levantar
sobre sus logros mejores, los valores semánticos nuevos de una sociedad sin
clases, sin “propiedad privada” de los medios reproducción (incluso la fílmica)
desalineada y en revolución permanente, eso no se logra sólo criticando
películas, en lo particular, aunque es preciso incluirlas, claro. Muchas
“Buenas Películas” son cloacas financieras infernales. Hay que abrir los libros
del patrón.
Con las excepciones, escasas, y
honrosas, del caso… la premiación anual del “Oscar” es un sainete de banalidad
y egocentrismo decadente donde reina, además, la falsa modestia como payasada
grotesca que pontifica sus deyecciones en cada discurso de “agradecimiento”.
Todos llevan agua publicitaria a sus ríos de ganancias. La verdad es esa y “La
Industria” les importa sólo cuando es su industria. El resto puede irse al
infierno… son las leyes de la “libre” competencia. Aniquilar al otro, encumbrar
los monopolios. Se premia el individualismo. Lo “famoso” no quita lo cómplice.
Hay un abismo inmenso entre la
posición “social” (y salarial) de los trabajadores de la industria fílmica,
electricistas, carpinteros… “técnicos” en general y los “genios”, los llamados
“creativos”: directores, guionistas, músicos, escenógrafos… consentidos por los
dueños o “productores”. Los famosos, pues. Se trata de un abismo de clases
donde la división del trabajo tiene demarcaciones clarísimas, alienación para
todos lados, menos para los “ganadores”, en un modo de producción que, a ratos,
parece bacanal de hacendados, a ratos “fordismo” icónico y a ratos patio de wall street. Hay trabajadores que cobran
como “temporarios” durante años y más años. Todo montado sobre un modelo de
explotación capitalista descarnada, impune y desvergonzada que exhibe
mundialmente y sin control el producto de su delito: el robo del trabajo. Y se
ha vuelto una cultura farandulera que inocula “modelos” conductuales,
decadencia y moral burguesa que entre todos pagamos y muy caro. “Grandes”
negocios fílmicos son obra del saqueo a los trabajadores. Las ganancias no se reparten
con justicia. Un gran “reparto” cinematográfico no implica reparto de las
ganancias.
Pocas industrias hay más
atomizadas que la industria cinematográfica yanqui. Un puñado de imperios
monopólicos globalizados, protagoniza anualmente un pleito inter-burgués donde
se matan por un botín muy jugoso que implica poder económico y político3… como
siempre. “Un informe del Departamento de Comercio se refiere a los desembolsos
de consumo en cine, video y música grabada en el mercado doméstico
estadounidense. ¡El gasto de los consumidores ascendió a cerca de 35 mil
millones en 1997 y se espera que se eleve a más de 41 mil millones en 2000 y 49
mil millones en el 2004,en dólares corrientes4” Los ganadores suelen llevarse
unas estatuillas. Y cobran, además, por dejarnos ver su “premiación”. Cada
Oscar mide 34 centímetros y pesa cuatro kilos. “Una investigación reciente de
la UNESCO muestra que los cinco principales países productores de películas
entre 1988 y 1999 fueron: la India, con un promedio de 839 filmes anuales
durante ese lapso; China y Honk Kong, con 469; Filipinas,456 películas; Estados
Unidos, con un promedio de 385; y Japón, que produjo una media de 238 filmes
por año. 40 Pero una cosa es realizar una gran cantidad de películas (como la
India) y otra es hacerlas circular por el mundo (como Estados Unidos)5”. 1,
839, 870,900 visitantes a salas cinematográficas6. Dice alguien que, “Como lo
que vende crea escuela7…” Podríamos comenzar a escribirle otro final a esta
película. ¿Podríamos?
1 http://www.el-mundo.es/elmundo/2001/03/19/cultura/985019481.html
2 “En 1915, la industria
cinematográfica empleaba a unos quince mil trabajadores en Hollywood, desde
donde se producía más de sesenta por ciento de las películas estadounidenses”.
Enrique Sanchez Ruiz : http://www.documentalistas.org.ar/nota-informes.shtml?sh_itm=f50daf04e9214986ae69704bd56c39df
3 Aquí se incluyen entre muchas
otras empresas a algunas de las "tradicionales " majors
estadounidenses, que en diferentes momentos han sido adquiridas por corporaciones
de otros países; por ejemplo, Fox Entertainment Group (de la firma
"australiana " News Corp., propiedad del magnate naturalizado
estadounidense Rupert Murdoch); Universal Pictures (antes subsidiaria de la
firma canadiense Seagram -adquirida en 2000 por Vivendi, de Francia); Columbia
Pictures y Tri-Star Pictures (de la japonesa Sony Corporation). 26 Estos datos
introducen un aspecto importante y paradójico: el que la propia industria
cultural audiovisual "estadounidense " está altamente "transnacionalizada
" USITC,Recent Trends in US Services Trade,Washington,US International
Trade Commission, 2001. Hollywood y su Hegemonía: Una aproximación
Histórico-Estructural por Enrique Sánchez Ruiz.
Profesor e investigador del
Departamento de Estudios Políticos de la Universidad de Guadalajara, México
http://www.documentalistas.org.ar/nota-informes.shtml?sh_itm=f50daf04e9214986ae69704bd56c39df
4 US Industry and Trade
Outlook,2000 ,Washington,International Trade Administration,US Dept. of
Commerce/McGraw Hill,p.32-1.
http://www.documentalistas.org.ar/nota-informes.shtml?sh_itm=f50daf04e9214986ae69704bd56c39df
Hollywood y su Hegemonía: Una aproximación Histórico-Estructural por Enrique
Sánchez Ruiz.
Profesor e investigador del
Departamento de Estudios Políticos de la Universidad de Guadalajara, México
5 Enrique Sanchez Ruiz :
http://www.documentalistas.org.ar/nota-informes.shtml?sh_itm=f50daf04e9214986ae69704bd56c39df
6 http://www.worldometers.info/
7 Esto es Hollywood Parte II,
Opinión de KarlGauss sobre Tarde del 16 de Enero de 2003
http://www.ciao.es/Tarde__Opinion_637699
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